Xóchitl: Candidata ciudadana, apoyo ciudadano

“¿Mejores partidos? Claro que sí. ¿Mejores políticos? Por supuesto.

Pero para eso hacen falta ciudadanos comprometidos,

que hagan algo más que quejarse en Twitter o en la barra del bar.”

    Ignacio Escolar

      Hace unos días Xóchitl Gálvez hizo una declaración en donde exhortaba a los partidos políticos de la coalición Fuerza y Corazón por México para que le apoyaran con más recursos económicos. El no saber cómo se están manejando los dineros en los diferentes partidos, uno puede especular sobre lo que está pasando realmente en la campaña por la Presidencia de la República. Lo que sí es un hecho es que Xóchitl ganará las elecciones no tanto por los apoyos partidistas sino por el apoyo ciudadano. Lo que tiene desquiciado al habitante de Palacio Nacional, no es que tres fuerzas políticas de oposición, tradicionales, ampliamente conocidas y predecibles la estén apoyando. Él tiene los argumentos populistas y el poder de manipulación para llamarlos de todo: vendepatrias, conservadores, fifis, con visión de pasado, corruptos, privilegiados, etc.

 

      Sin embargo, Amlo no encuentra el cómo parar la marea rosa que esta detrás de Xóchitl. Porque es eminentemente ciudadana, dispersa, no previsible, desconocida para un líder que está acostumbrado a que todo el mundo haga lo que diga su dedito. ¿Cómo parar un hashtag #NarcopresidenteAMLO si lo reprodujeron millones de mexicanos sin partido? ¿Cómo evitar o al menos minimizar las movilizaciones ciudadanas, a lo largo y ancho del país, que dieron muestra del auténtico poder de convocatoria, sin acarreados, sin tortas, sin camiones, sin dinero? Lo que sí puede hacer, y lo está haciendo, es presionar a los medios de comunicación que le son críticos. Solo en estos días hemos visto cómo despiden a periodistas, columnistas, comentaristas que llevaban años en algún periódico antes crítico y ahora con una línea editorial doblada hacia el oficialismo. Su reciente pleito con Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca, dando un claro mensaje, tanto a empresarios como a dueños de medios de comunicación, que o se alinean o verán lo que es capaz un demente con poder y con aires de dictador.

 

      Pensemos diferente. Convirtamos una supuesta debilidad en una fortaleza. Utilicemos la técnica del judo, en el que un contrincante aparentemente débil aprovecha la fortaleza de su rival para derrotarlo. La fuerza de Xóchitl está en los ciudadanos, no en los partidos. Estos están muy ocupados en decidir miles y miles de candidaturas a puestos de elección popular: gobernadores, senadores, diputados federales y locales, presidentes municipales, regidores, síndicos, etc. Armar sus estructuras electorales para la movilización el día de las elecciones, tener representantes generales y de casilla. Capacitarlos, organizarlos. Preparar medios de impugnación, reclutar a miles de abogados para la defensa del voto. Conseguir recursos económicos para que toda esta estructura funcione eficazmente. Es más, hemos visto que muchas veces los partidos son más un problema que un apoyo. Sus dirigentes son blancos fáciles de críticas y denostaciones. Dejemos que hagan su trabajo y los ciudadanos hagamos lo propio.

 

      Todavía hay mucho por hacer. Acciones que pueden ser muy eficaces que no requieren mucho dinero. Actividades ciudadanas que no tiene que esperar la línea de su dirigente para moverse: Visitas domiciliarias para hablarles de Xóchitl y los candidatos de la coalición, hacer nuestros espectacular de lona o de cartón y salir a que nos vean en los cruceros, platicar con los vecinos, familiares, amigos, e incluso con quien nos topemos en nuestra vida diaria. Reenviar en las redes sociales toda la información sobre Xóchitl y su campaña que nos llegue, pedirles a los amigos que hagan lo mismo. Informarnos adecuadamente para desmentir campañas negativas y tener argumentos sólidos para demostrar que la cuatrot ha sido el peor gobierno que ha tenido México en mucho tiempo.

 

      No esperemos que los partidos nos digan qué hacer, ni que nos den dinero para movernos. Tú, que estás leyendo este artículo, tienes el poder ciudadano. Empodérate y ejércelo. Con imaginación, creatividad, ánimo, trabajo. Busca sinergia con quienes pensamos igual. No estamos solos. Somos ciudadanos. Los ciudadanos que haremos ganar a Xóchitl. ¡A darle!