Votar por un cambio positivo: Gobierno de coalición
“La coalición es el arte de
llevar el zapato derecho en el pie izquierdo
sin que salgan callos”
Guy Mollet
Una pregunta que ronda las decisiones de los votantes del Estado de México para la elección de Gobernadora este próximo 4 de junio, es ¿Votar por la coalición PAN, PRI, PRD, Nueva Alianza, realmente es por un cambio? ¿O votar por un cambio es dejar de votar por el PRI y hacerlo por la coalición Juntos Haremos Historia en el Estado de México? Si en los anales de nuestro estado todos los gobernadores han sido priistas, ¿Dónde estaría la diferncia al votar por la coalición Vamos por el Estado de México? Doy dos razones para contestar estas preguntas:
- El Estado de México es el primer estado de la república en legislar sobre gobiernos de coalición. En su Constitución Política se establece, en el artículo 61, las facultades y obligaciones de la Legislatura local. En la fracción LI (51) dice: “Ratificar los nombramientos que el Gobernador haga de los servidores públicos que integren su gabinete, cuando opte por un gobierno de coalición, con excepción del titular en el ramo de seguridad pública”. Más adelante, en el artículo 77 “De las Facultades y Obligaciones de la Gobernadora o del Gobernador del Estado”, en su fracción XLVIII (48) dice: Optar en cualquier momento por un gobierno de coalición con uno o varios de los partidos políticos representados en la Legislatura del Estado. El gobierno de coalición se regulará por el convenio y el programa respectivos, los cuales deberán ser aprobados por mayoría de las Diputadas y los Diputados presentes en la sesión del pleno de la Legislatura donde se discuta. Si la Legislatura se encontrara en receso la Diputación Permanente convocará de inmediato a la Legislatura del Estado a un periodo extraordinario. El convenio establecerá las causas de la disolución del gobierno de coalición”.
¿Qué significa esto? Que la próxima gobernadora no podrá imponer a sus incondicionales como miembros de su gabinete. Los tendrá que consensuar con los demás partidos de su coalición a fin de ser aprobados en la Cámara de Diputados local. Esto es un cambio fundamental, que acerca a la conformación del gobierno con un sistema parlamentario, donde el ejecutivo propone y el legislativo dispone. Ya estará en la fuerza, inteligencia y representatividad de cada uno de los partidos de la coalición el negociar el convenio y programa de gobierno, que también deberán ser aprobados por la legislatura. En pocas palabras, el gobierno de Alejandra del Moral no será un gobierno priista, donde solo mande el PRI. Tendrá que negociar con los demás partidos, distribuyendo entre todos, según su fuerza electoral y otras razones que se convengan, las responsabilidades y carteras del gobierno.
- Segunda razón: Cambio positivo. Desde el punto de vista del vaso medio lleno, el hecho de que cuatro partidos estén involucrados en llevar conjuntamente las riendas del gobierno abre la posibilidad de expandir la gama de propuestas que cada fuerza política le interese impulsar, según sus ideales y programas de gobierno. El PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza tenemos diversos públicos a los cuales tradicionalmente nos debemos. Será tarea de alta política el acordar el convenio y programa de gobierno de la coalición, en el que se establezcan políticas públicas en beneficio de la mayoría de los ciudadanos del estrado.
Un cambio de gobierno, pero en claro sentido negativo, sería que ganara la coalición que hoy “gobierna” a nivel nacional. Se reproducirían las mismas prácticas violatorias al estado de derecho, la mediocridad, la falta de transparencia, el narcogobierno, el desprecio a las instituciones, el capitalismo de cuates, la hipocresía, la rampante corrupción, entre otras lacras más. ¿Lo que estamos padeciendo a nivel nacional es lo que queremos para nuestro Estado de México? Definitivamente tenemos que convencer a las y los ciudadanos que un gobierno de coalición encabezado por PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza representa un verdadero cambio positivo. Los panistas tendríamos mucho que aportar, para hacer un gobierno diferente, propositivo, aspiracionista y ganador. ¿Difícil? Complicadísimo. Sin embargo, mientras más involucremos a la sociedad civil, menores serán las posibilidades de que las cúpulas partidistas se repartan el pastel solas. Hay mucho trabajo que hacer, mucha fuerza que hay que generar. Todavía hay tiempo. Cerremos a tambor batiente. ¡A darle!