Tercera Consideración en torno a candidatos de partido

y candidatos no partidistas

“Tienes que aprender las reglas del juego

 y después tienes que jugar mejor que cualquier otro”

Albert Einstein

      Tercera consideración. - En México habemos más de 94 millones de ciudadanos. La inmensa mayoría no esta afiliada a ningún partido político. ¿Será mucho pedir que abramos espacios en el PAN para que puedan participar como candidatos a los diferentes puestos de elección popular? Sí, Sí es mucho pedir. Por eso, esta apertura será muy complicada y lo que le sigue. Hay demasiados vicios, malas costumbres, reglas de juego no escritas. Si designar candidatos propios tiene su gran dificultad, darle oportunidad a quienes no militan ni han hecho méritos partidistas, se complica por N. Sin embargo seamos sinceros, si seguimos cerrados a que solo nosotros podemos aspirar, que ya me toca, que he trabajado para lograrlo, que me conocen en el PAN aunque afuera ni quien sepa de mi y demás pretextos, lograremos lo mismo de siempre: no pasar del 12 ó 15% de votación. Hagamos de tripas corazón y demos el beneficio de la duda para postular candidatos no militantes. Con ello hay que resolver mil y un temas: ¿Quiénes? ¿Cuántos? ¿En dónde? Méritos, afinidad con el PAN, solvencia moral, reconocimiento por parte de algún sector importante de la sociedad y súmale los cuestionamientos que gustes.

 

      No cabe duda de que las elecciones del 2024 serán un campo de batalla entre solo dos opciones: a) Que el intento de totalitarismo se consolide, con todas las prácticas antidemocráticas que puedan aplicar, incluidos dinero ilícito a raudales y apoyo del crimen organizado; y b) la opción democrática, de todas y todos aquellos que queremos seguir viviendo en libertad, ejerciendo nuestros derechos, construyendo la democracia día a día, palmo a palmo, muy imperfecta, pero actuante, viva. Para ello, ni el PAN ni el PRI ni el PRD podemos lograrlo solos. Aunque nos duela, representamos a una parte muy pequeña de ciudadanos. De aquí se desprende que no tenemos más opción para lograr nuestro objetivo que hacer equipo con quienes tenemos los mismos objetivos pero que no militan en partido político alguno. Reconozcamos que los partidos han tenido un desgaste muy fuerte. Que tanto PRI como PAN ya gobernamos a nivel federal y a pesar de lograr muchas cosas positivas, también dejamos muchos pendientes que los ciudadanos no olvidan.

 

      ¿Cómo podríamos entrarle al tema de que ciudadanos no partidistas pero con mucho trabajo a favor de sectores de la población mexicana, en sus respectivas áreas de influencia, puedan tener la oportunidad de ser postulados? La respuesta es lograr el consenso entre una amplia gama de organizaciones ciudadanas y los partidos de la coalición Va X México, para diseñar y operar un método que les dé oportunidad a todos, ciudadanas y ciudadanos militantes en partidos o sin militancia, con reglas claras, puntuales, lo más transparentes posible. Reglas que les den cabida por igual a quienes quieran aspirar, a quienes estén dispuestos a demostrar su trabajo en favor de los mexicanos. A quienes no le teman al escrutinio público, a quienes les quede claro que no será un ejercicio simple o fácil, sino complejo y muy, muy rudo. El factor que puede contribuir a salir lo mejor librados posibles de esta etapa, son reglas claras, en las que las y los participantes puedan estar seguros de que se respetarán y que, en dado el caso, si no alcanzan su objetivo, lo acepten porque el juego fue limpio y se unan a quienes sí lograron las candidaturas. Unas reglas conocidas no solo por los partidos políticos, sino por la gran mayoría de ciudadanos que se involucren a vigilar el proceso, dando fe de su eficaz realización o siendo un dique sólido a quienes intenten jugar a base de trampas y componendas.

 

      Se lee relativamente fácil y sencillo. Llevarlo a la práctica, en el mundo real donde imperan las pasiones humanas, donde la tentación de ser lo más pragmáticos y marrulleros posibles, dan ventaja sobre los que están dispuestos a guiarse por la ética y los principio humanistas. Sin embargo, no hay de otra. O nos abrimos a ventilar al PAN, para cumplir su misión original de ser un instrumento político en favor del ciudadano, o les daremos la razón a quienes opinan que ya se pudrió y que no tiene remedio. Ahora sí que por orgullo propio, pongámonos a trabajar, invitemos a ciudadanos a reconstruir a México, tal y como lo hicieron nuestros fundadores. ¿Estaremos a la altura? Tú tienes la palabra. ¡A darle!