Tendamos puentes. Nos necesitamos
“Elija un líder que invierta en construir puentes, no muros.
Libros, no armas. Moralidad, no corrupción.
Intelectualismo y sabiduría, no ignorancia”
Suzy Kassem
Sigamos con la exploración de ideas para enfrentar el torbellino político en el que estamos entrando. Mientras el bloque morenista esta muy unido y con un claro propósito de lograr el Plan C y la transformación del régimen actual, la oposición andamos en varios frentes, llevando a cabo acciones que buscan hacerse notar para poder parar o al menos modificar las intenciones cuatroteístas. Los estudiantes de varias carreras, principalmente de Derecho, y de varias universidades, han salido a las calles a protestar para que no se apruebe la reforma judicial. En los chats políticos se convoca a manifestaciones en diferentes ciudades de la república y a paros virtuales o digitales. Los partidos políticos de oposición luchando para que no falte ni un solo Senador y evitar que el partido oficial logre las dos terceras partes en el Senado. Diversas organizaciones de la sociedad civil están en el proceso de organizar un nuevo partido. Todavía hay comentaristas y opinadores que tratan de demostrar que las elecciones del 2 de junio fueron fraudulentas.
Muy bien. Las y los ciudadanos inconformes no se han dado por vencidos. No se han quedado en sus casas a rumiar la derrota y lamerse las heridas. Lo irónico de esto es que el supuesto “gobierno de izquierda” esté en contra de las manifestaciones, siendo que ellos llegaron al poder a través de ellas. Es fundamental que se siga por este camino. Activos, protestando por nuestros derechos, nuestras libertades, nuestra potestad de opinar diferente. Organizados, no solo en contra de, sino a favor de. Por ello valdría la pena llevar un registro pormenorizado de personas, movimientos, organizaciones, grupos, que están inconformes y que no se quedaran callados ante ninguna injusticia. Tender puentes entre unos y otros. Conocernos, entendernos, intercambiar ideas, crecer juntos, ampliar horizontes, encontrar intereses comunes y explorar el trabajar en ellos para fortalecernos. Seguramente al principio no habrá muchas coincidencias. Cada uno vela por sus propios intereses. Sin embargo, es posible, siempre lo es, encontrar causas que nos unan, que nos acerquen, que nos hagan empáticos en nuestras respectivas luchas. Necesitamos organizarnos más. Crear y trabajar en miles de comunidades de intereses específicos donde podamos coincidir para fortalecernos mutuamente.
De acuerdo con el análisis “Las organizaciones de la sociedad civil en México” realizado por Carlos Chávez Becker y Pablo González Ulloa, publicado por el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República en el 2020, en México había 33 Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) por cada 100,000 habitantes. La Ciudad de México era la entidad federativa con el mayor índice: 66.2 OSC por cada 100,000 habitantes. Tamaulipas era el estado que menos tiene, con 11 por cada 100,000 habitantes. Comparado con otras naciones, México se ubica en niveles bajos de densidad asociativa, pues mientras en nuestro país había 33 OSC por cada 100,000 habitantes, en Estados Unidos tenían 670, Chile 670; Argentina 270; y Brasil 170. A cuatro años de distancia las cifras en nuestro país no han cambiado mucho. Hoy se registran 38.1 OSC por cada 100 mil habitantes.
Aquí tenemos un área de oportunidad. ¿Nos queda clara la diferencia entre Chile, 670, contra México, 38.1? ¿Por qué en México no nos gusta asociarnos para trabajar por interese comunes? ¿Qué nos impide unirnos? ¿Qué tienen los chilenos que no tengamos los mexicanos? Exploremos este camino, aún que podemos. No sabemos qué pasara mañana. No podemos seguir luchando aislados, desorganizados, desconectados unos con otros. Trabajemos en eliminar barreras, prejuicios, egos. Busquemos crear organizaciones de todo tipo, vecinales, de producción de alimentos, del cuidado al medio ambiente, de protección de animales, de apoyo a personas de la tercera edad, de consumidores. En fin, hay mil y un temas para unirnos. En esa construcción de comunidad, trabajemos a la par en tender puentes a fin de encontrar siempre puntos en común. Así, ningún poder hegemónico podrá hacer su voluntad. Lograremos la fuerza para defender nuestros intereses y luchar por lo que creemos. Hay mucho por hacer. Comencemos.