Releer el Código de Ética del PAN
“Para Acción Nacional la política
es una actividad eminentemente ética”
Aprovechando que empieza el tiempo electoral de “intercampañas” (cualquier cosa que esto signifique) donde los partidos políticos deberán enfocar sus actividades a asuntos internos, valdría la pena informar a los panistas que no lo conocen y a quienes sí saben de su existencia, que nos pongamos a leer el “Código de Ética para Militantes” con el fin de estar preparados para lo que viene. Tenemos en puerta decisiones complicadas en cuanto a negociaciones de candidaturas, proyectos, políticas públicas, puestos en gobiernos de coalición, etc. Para no perdernos en un pragmatismo que nos haga indistinguibles de otras fuerzas políticas, Acción Nacional debe echar mano de lo más valioso con lo que cuenta: sus principios de doctrina, sus programas de acción, sus plataformas políticas, su historia por la instauración de la democracia en México y sus Códigos de Ética, tanto para militantes como para servidores públicos.
Dediquemos este espacio para introducir fragmentos valiosos que nos inviten a reflexionar si actuamos apegados o no a la doctrina panista: “Este Código de Ética para Militantes de Acción Nacional tiene como propósito propiciar conductas acordes y congruentes con nuestros principios y valores humanistas, fortaleciendo así la identidad del partido al presentarlo ante los ciudadanos como una opción política decente y honorable, sustentada en valores... La ética tiene una doble finalidad: por un lado, sirve a la persona que la ejercita como camino de desarrollo humano al acrecentar valores y virtudes y facilitar el buen uso de la libertad. Por otro lado, se presenta como la columna vertebral del desarrollo social, al orientar a las organizaciones intermedias y las comunidades hacia el bien común.
“Por lo tanto, todo miembro de Acción Nacional, en el ejercicio de su libertad, tiene la obligación de actuar privada y públicamente dentro de un marco de valores éticos como la honestidad, la prudencia, la congruencia, la veracidad, la justicia y la eficacia, y hacerse responsable de las consecuencias de sus acciones. El estilo ético de hacer política debe ser un rasgo distintivo de todo militante y dirigente panista, logrando que entre el ser, el pensar, el decir y el hacer haya una correspondencia auténtica… No basta con enunciar los principios éticos en política, hace falta interiorizarlos para generar virtudes, es decir, hábitos buenos. Este Código de Ética… pretende ser la plataforma de partida para que el panista sea consciente de su enorme responsabilidad y su obligación de guiar su conducta conforme a principios rectos y privilegiando siempre la prudencia y la justicia, que son virtudes a través de las cuales la razón puede discernir entre el bien y el mal en cada circunstancia y elegir los medios adecuados para llegar a los fines buscados”.
“Nuestra vocación como políticos nos obliga a servir a los demás, no a satisfacer aspiraciones propias, por legítimas que sean. Es necesario reivindicar la política como una actividad al servicio de los demás y cuyo fin último sea el bien común…
“Los panistas debemos asumir a cabalidad la definición de partido político como institución de interés público, que debemos cuidar y preservar. Muchas generaciones de mexicanos han visto a nuestro partido como una alternativa de honestidad y buen gobierno; Acción Nacional no puede dejar de considerarse a sí mismo como un instrumento de la sociedad al servicio de nuestro país.
“Los panistas debemos estar volcados al servicio de los ciudadanos; conocer sus inquietudes, problemáticas, sueños y ambiciones es el corazón de la buena acción política”.
¿Qué tanto los militantes y dirigentes estamos siguiendo estos principios? ¿Qué tan congruentes estamos siendo en el ejercicio de la política en su acepción más amplia? ¿Qué tanto lograremos que este código nos guie estando inmersos con otras fuerzas políticas quizá con otros valores y principios? De la respuesta que demos a estos cuestionamientos dependerá si recobramos la confianza ciudadana. Tarea difícil más no imposible. Luchemos por ser congruentes. Amén.