Quien no puede lo menos, ¿podrá lo más?

“Que no haya ilusos pues, y que no haya desilusionados”

Manuel Gómez Morin

 

      Estamos a poco más de una semana para que culmine el proceso de selección de la persona que coordinará los trabajos del Frente Amplio por México. De los treinta y tres aspirantes que se apuntaron en un inicio, solo quedan dos mujeres: Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez. La primera, al menos para mí y para mucha gente, ha resultado una sorpresa. Si esperábamos que al final el PRI lograra colocar a uno de los suyos, siempre pensé que podría ser Enrique de la Madrid. Sin embargo, los priístas se decantaron por alguien de mucha mayor experiencia, trayectoria e identidad hacia ellos. En cambio, con la declinación de Santiago Creel, el PAN y los simpatizantes provenientes de la sociedad civil, apoyaron e irán con todo con Xóchitl quien, a pesar de que toda su carrera política la ha hecho con el PAN, no es militante con credencial, condición que le da su carácter de “outsider” y ciudadana.

 

      Mucho se ha hablado y escrito sobre cómo llegaron las dos finalistas. Que, si el candidato “oficial” de la estructura panista era Santiago, que la aparición de Xóchitl resquebrajó los acuerdos cupulares entre el PAN y el PRI, que los priístas movilizaron toda su estructura para que gane una de las suyas, que Enrique de la Madrid era el más preparado para el cargo, que los priístas intentarán ganar la contienda interna, sabiendo que hacia afuera no tienen ninguna posibilidad, que lo mejor es que Beatriz decline, etc., etc.  Haiga sido como haiga sido, el caso es que, en una contienda democrática, como la es la del FAM, es posible que pueda ganar cualquiera de las dos. Si a percepción nos vamos, es claro que Xóchitl será la triunfadora. Sin embargo, varios analistas prenden los focos rojos, por un probable resultado diferente basado en dos realidades: la capacidad de movilización de la estructura priísta y la totalmente incierta metida de mano que los morenistas pudieron haber hecho en la conformación del padrón que será utilizado el 3 de septiembre. Los apoyos hacia Beatriz subieron, en los últimos días, en forma no muy normal. ¿Qué antídoto tenemos para ello?

 

      El primero, son los acuerdos a los que puedan llegar el PAN y el PRD para ir juntos con Xóchitl. Hay muy buenas señales de entendimiento. Tenemos que hacerlas efectivas, no solo arriba sino más importante, abajo. El segundo, es la real y eficaz participación de la sociedad civil, que es su principal fuente de apoyo. Tanto en la encuesta como en la votación del 3 de septiembre, debemos ser capaces de demostrar músculo y activar a los xochilovers a fin de lograr el objetivo fundamental. Es la hora de que, quienes desconfían de los partidos, demuestren que pueden movilizar igual o mejor que estos. El cuarto sería buscar convencer a los priístas de base que no estén muy convencidos de la candidata que sus cúpulas están apoyando. Ahí está un mensaje de Roberto Madrazo (expresidente y excandidato presidencial), quien pide que Beatriz decline por Xóchitl. Es de suponer que la disciplina del PRI ya no es la misma de antes y se puede debilitar. Quinto, armar estructuras de verificación de votantes para que nadie que se apuntó, falte.

 

      Que no haya ilusos pues, para que no haya desilusionados, decía Don Manuel Gómez Morin. En la real lucha por el poder, todo puede suceder. Confirmemos con trabajo duro y efectivo lo que todo mundo está esperando. No nos durmamos en nuestros laureles. Aunque se vea muy lejano, Beatriz puede dar la sorpresa. Y con todo respeto, si no podemos ganarle en esta instancia, tanto el PAN como el PRD y la inmensa mayoría de la sociedad civil, ¿en verdad creemos que le podemos ganar a morena en la competencia que importa? Todavía falta mucho camino que recorrer, mucha fuerza que demostrar, mucha inteligencia que utilizar, mucha estrategia que implementar. El proceso interno del FAM es un excelente entrenamiento para la contienda por el 2024. Logremos lo menos con contundencia para demostrarle a México que podemos con lo más. ¡A darle!