Partido Antioficialista. La Resistencia
“Esta lucha, no es de hombres y mujeres contra otros…
Es contra un sistema que degrada la vida pública,
Que empobrece y debilita a México”.
Manuel Gómez Morin 1949
México ha retrocedido políticamente cuarenta, cincuenta, sesenta años. La frase de Don Manuel aplicada para el régimen priista, está hoy más que actual con la cuarta transformación del PRI, que es Morena. Cada día nos enteramos de un paso más hacia un totalitarismo feroz, al parecer mucho más violento que el anterior. Se consolida la consigna de que “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”. La presidenta de la República no tiene ningún empacho ni preocupación en desacatar órdenes judiciales, ya que, según su parecer, quien las emite no tiene las facultades para hacerlo. Sabe perfectamente que, con el control del poder legislativo y más aún, de la Fiscalía General de la República, de quien dependen los ministerios públicos, no va a suceder absolutamente nada. ¿Y la oposición? ¿Y la ciudadanía?
A cuentagotas, si alguien se interesa, nos enteramos de que la batalla la están dando las y los diputados y senadores panistas, priistas y emecistas en ambas cámaras. Pero de ahí no sale. Debido a la sobrerrepresentación morenista, por muy buenos argumentos que ofrezca la oposición, por muy buenos discursos, razones, argumentos, las modificaciones a la Constitución y a las leyes respectivas van porque van. Aquí se aplica la célebre frase de que se ganan los debates, pero se pierden las votaciones. ¿Qué pasa en las calles? El PAN sigue muy ocupado en su proceso de renovación de su dirigencia nacional. Del PRI y MC no se escucha gran cosa. Los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil no encuentran el cómo unirse en una causa común para hacer frente a este huracán político en el que estamos inmersos. Hay iniciativas aisladas de protestas que no llevan a ningún lado. Solo están activos en las calles las y los trabajadores del Poder Judicial. Pero están solos. No se ve solidaridad de nadie más. No se ve a la marea rosa, antes activa y participativa, marchando multitudinariamente en defensa del único Poder que todavía queda independiente.
Si a nivel parlamentario a la oposición no se le ve un futuro muy halagüeño, sería un excelente momento sobre todo para el PAN, que busca la renovación de su dirigencia nacional, a fin de reencontrar su espíritu antisistema, anti-régimen. Si cada vez es más claro de que al oficialismo no le interesa en lo más mínimo dialogar con la oposición, es momento para que el panismo articule un mensaje claro, pegador, con el que podamos ir minimizando diferencias y fortalecer las coincidencias, empezando al interior. Una oposición responsable, que apoye todo lo que sea benéfico para las y los mexicanos, que por lo visto será muy poco, y que se oponga firmemente a todo aquello que vaya en contra de la democracia, la división de poderes, el estado de derecho, la vigencia de la república, el respeto a los derechos humanos. Y lo más importante, que encuentre los métodos más eficaces para que dicho mensaje les llegue a los millones de ciudadanos que no están de acuerdo con el estado actual del país.
Claro que es cierto que el oficialismo no representa la voluntad de todos los mexicanos. No podemos dejarnos avasallar por quienes afirman que no hay nada que hacer y resignarnos a lo que nos dicte el grupo en el poder. Ya lo dijeron con todas sus letras, quieren construir el partido más grande de todo el mundo. Qué mejor motivo para sacar la casta, para demostrar que 36 millones que votaron por morena son mucho menos que 64 que no votamos por ellos. Pongamos en orden nuestra casa, empezando por instinto de sobrevivencia y elaboremos las estrategias para llegar a los corazones de quienes aún tienen fe en un movimiento opositor fuerte, unido, eficaz. La Resistencia es un buen concepto para comenzar a unir esfuerzos. A la gente le gusta apoyar a quienes se oponen a los poderosos. Trabajemos en ello. Hay mucho que pensar y actuar. Comencemos.