“No veo estrategia. No me han dicho qué hacer”
“No preguntes qué puede hacer tu país por ti,
sino qué puedes hacer tú por tu país”
John F. Kennedy
En la vida hay de dos sopas: o eres actor o eres espectador. Según las circunstancias de que hablemos, a veces nos toca ser uno y a veces otro. Cuando vemos nuestro deporte favorito, nos toca ser espectadores. En ese caso nos queda hacer las veces de “entrenador” de nuestro equipo para, desde la barrera, criticar las decisiones que se toman o aplaudir cuando mi equipo gana. Sin embargo, cuando practicamos un deporte, somos los actores. La derrota o el triunfo dependen en buena parte de lo que yo haga. Lo mismo pasa en la política. A veces vemos que los partidos políticos toman decisiones, o no las toman, sobre asuntos de la vida nacional que, o no entendemos o nos enojan porque no van en la dirección que escogería de ser yo el dirigente.
La cosa se pone fea cuando yo, en mi papel de espectador, me junto con otros espectadores y nos ponemos a exigir, despotricar, criticar, descalificar acciones en las que no estamos de acuerdo. ¿Por qué no veo acción? ¿Por qué decidieron esto o aquello si era “obvio que la decisión (mía) era esta o aquella? ¿Qué vamos a hacer; cuál es la estrategia; qué me toca hacer a mí? Díganme algo, por favor. Y sabemos bien que con la gorra de espectador hay muchísima más gente que con la de actor. Nos identificamos y unimos nuestras voces creando un clima negativo de desanimo, desesperanza, inacción. Te invito a detenerte un poco en esas posturas. A pensar internamente con qué cachucha estoy hablando, con la de espectador o con la de actor. Hemos dicho que en el proceso electoral que se avecina, o somos diferentes o no lograremos nada. Que, o somos disruptivos, pensando fuera de la caja o seguiremos haciendo lo mismo logrando los mismos, malos, resultados.
Un reclamo, legítimo, puede ser “yo he intentado ser actor, pero no me dejan”. “Por más que opino, que actúo, que aconsejo, que lucho no logro que me escuchen, que me hagan caso”. Por ello no me queda más que desistir, quedarme como espectador y criticar lo que hacen los actores. En un esquema tradicional, esta postura puede pasar por válida y solo diríamos, “pobrecito, tiene razón, hizo todo lo que pudo, no hay remedio, no hay esperanza de que las cosas cambien”. Sin embargo, si en verdad creemos que Xóchitl puede ganar, junto con los futuros candidatos de la Alianza va por México, con esa manera de pensar no vamos a llegar a ningún lado. Pensemos diferente. Pensemos cómo dejar de ser espectadores y convertirme en actor. Si se me cierran una puerta, busco abrir otra. Si encuentro un obstáculo lo rodeo, lo salto, lo quito, pero yo sigo adelante. Si te critican por ser voluntarista o predicar el “echaleganismo”, que te entre por un oído y te salga por el otro. Te aseguro que ganas más buscando ser actor, por muy complicado que sea, a ser un espectador derrotado crónico.
¿Qué puedo hacer si nadie me hace caso? Primero, pensar como actor. Si milito en un partido político, trabajar junto a otros que piensan igual que yo para que nuestra voz se escuche. Si no lo has logrado, mucho se deberá a que no hemos hecho lo suficiente. Conocer a fondo sus propuestas, sus decisiones, sus actividades y difundir todo lo que considero puede contribuir a ganar voluntades. Te aseguro que algo tienen de positivo. Involúcrate en eso. Si soy miembro de alguna organización de la sociedad civil, contribuye a lograr sus objetivos. Comunica a otros lo que están haciendo, busca más adeptos. Si no conozco o no me convence alguna organización, conviértete en Xochilover. Entra en sus redes sociales, sé parte activa en alguna de las acciones que están llevando a cabo. Si quieres iniciar contigo mismo, forma grupos de whatsapp de entre cinco a veinte personas. Amigos, familiares, compañeros de trabajo, vecinos. Envíales información sobre Xóchitl, su vida, acciones, actividades, propuestas. Pídele a cada uno de los que integran tus chats que ellos a su vez hagan los suyos con sus círculos de influencia. Mantenlos bien informados, informándote primero tú. Corrobora información, evita noticias fake, concentra tus mensajes en dar a conocer a Xóchitl, no en criticar a la cuatrot.
Finalmente te lanzo un reto: la próxima vez que quieras criticar, como espectador, pregúntate primero qué has hecho como actor, para poder criticar con autoridad. Ya sea como militante en algún partido, como integrante de una organización, o como ciudadano preocupado y ocupado por su país. No hay de otra. ¡A darle!