Ni encuestas, ni cuentas. Trabajo en campo es lo efectivo
“En política no hay mejor método para triunfar
que utilizar suela, sudor y saliva”.
Dicho panista
Seguramente todos nosotros hemos recibido en nuestras respectivas redes sociales un sinfín de mensajes, memes, videos, comentarios, etc., que van, desde que ya no hay nada que hacer porque “este arroz ya se coció”, hasta que matemáticamente esta demostrado que Xóchitl tiene todas las de ganar. Los mensajes del primer tipo tienen la finalidad de crear y expandir desesperanza, ya que la candidata oficial va en caballo de hacienda y no hay poder ciudadano que lo impida. Los comunicados del segundo tipo buscan infundir ánimos y argumentos de que la Coalición “Fuerza y Corazón por México” tiene amplias posibilidades de triunfo.
Con todo respeto para ambas posturas, sería un gravísimo error pensar que con encuestas compradas y cuchareadas la fatal realidad nos lleve al inmovilismo. O que, con cálculos matemáticos basadas en elecciones pasadas, habrá que apostarle al triunfo opositor. Ni lo uno ni lo otro. Tenemos que meternos en la cabeza que esa información que nos llega solamente es eso, información. En todo caso nos puede servir para ir normando nuestro criterio y para saber por dónde y cómo seguir trabajando, haciendo el proselitismo más efectivo. También es fundamental estar lo mejor informados posible y utilizar nuestro criterio para, con la experiencia adquirida, ir discerniendo qué información es falsa y tendenciosa o cuál es verídica para hacerla nuestra y expandirla en nuestros canales de comunicación.
Que nos quede claro, muy claro. Ni las encuestas ni las cuentas alegres votan. Ni los escenarios negativos y pesimistas, ni los más optimistas y alegres votan. Quienes votarán son los ciudadanos que están allá afuera, que requerimos irlos a visitar, explicar, convencer y movilizar para tener real posibilidad de triunfo. En todo caso podríamos hacer uso de ambos argumentos en dos sentidos: los escenarios más negativos utilizarlos internamente para trabajar en campo, si en campo, no en redes sociales, basados en el peor de las posibilidades. Pensemos que la realidad nos es adversa, por lo que tenemos que redoblar esfuerzos para darle la vuelta. Trabajar sin descanso para que el peor escenario no se haga efectivo. Y, por otro lado, utilizar los escenarios optimistas para ir a campo, si a campo, no en redes sociales, para demostrar a los ciudadanos aún no convencidos, que sí hay argumentos de sobra para poder ganar. Siempre y cuando saquemos a la gente a votar.
Tenemos menos de 90 días para ir a campo, sí, a campo, no en redes sociales, e ir generando nuestra lista de ciudadanos que hayamos invitado, convencido o incluidos, aquí sí, en nuestras redes sociales para utilizarla el 2 de junio y verificar uno por uno si ya fueron a votar. Si ya lo hicieron, darles las gracias y un sentido reconocimiento. Si no lo han hecho, apurarlos para que dejen lo que tienen que hacer para que vayan a votar lo más temprano posible. Así, a mediodía tendríamos un panorama claro de que vamos a ganar, ya que mi labor que estoy llevando a cabo, la están haciendo igual miles y millones de mexicanos que queremos un cambio, para bien, del rumbo que está tomando México.
Que nos quede claro desde hoy la estrategia de movilización del voto. No inventemos el hilo negro o queramos empezar al cuarto para las doce. Como dijera el clásico, tenemos que empezar “hoy, hoy hoy”. Mañana será demasiado tarde. Las redes sociales son muy útiles para difundir información y para tener un parámetro de hasta dónde estamos llegando al ciudadano común y corriente. Sin embargo, lo realmente efectivo, lo que nos asegurará el triunfo está invertir en “suela, sudor y saliva”. Recorrer calles, comunidades barrios. Hacerlo bajo un sol implacable o una luna que nos ilumine el camino. E ir convenciendo con argumentos racionales y emocionales a quienes realmente van a ira a votar: las y los ciudadanos de carne y hueso. Pensemos diferente, actuemos diferente. ¡A darle!