Necesidad de un Think Tank opositor
“Grupo de expertos que se reúne para investigar
Y reflexionar sobre temas de relevancia, a fin de
proporcionar ideas y producir evidencia”
A seis años y unos meses de que el oficialismo se ha estado apoderando de México, hemos sido testigos de, al menos, cinco hechos incontrovertibles: la destrucción de instituciones, la evidente y descarada corrupción que va en aumento, las alianzas con el crimen organizado, el desaseo en los procesos institucionales y el camino firme hacia un régimen autoritario sin contrapesos. Aunque no nos guste y parezca increíble para millones de mexicanos, este fenómeno cuenta con otros millones más que lo aprueban y lo respaldan. Si vemos noticias en otras partes del mundo, vemos que este hecho no es exclusivo de nuestro país. En todos lados se cuecen habas, por lo que en un análisis serio tendríamos que tomarlo en cuenta, no como justificación, pero sí como contexto.
¿Quién, quiénes o qué organismo de la oposición se está haciendo cargo de analizar, entender y proponer alternativas? ¿A alguien le interesa entender lo que esta pasando, o solo estamos enfocados en sobrevivir? Los partidos políticos están inmersos en asuntos internos, en reacomodo de grupos y tratar de echar a andar sus muy debilitadas estructuras a nivel nacional, estatal y municipal. Solo escuchamos las batallas que se están dando, tanto en la Cámara de Senadores como en la Diputados. Batallas que sabemos perdidas pero que aún así se tienen que dar, a fin de dejar constancia para defender lo que nos queda de país. Los ciudadanos organizados andan en la búsqueda de crear nuevos partidos políticos, ya que los actuales no les satisfacen y consideran que su desprestigio no da para más. Y por supuesto están los millones de ciudadanos que ni les va ni les viene, cuyos intereses están puestos en otros temas, ya que consideran que “la política es sucia y no me quiero involucrar”.
La evidencia de pésimas decisiones gubernamentales, de la priorización para financiar los caprichos presidenciales, el abandono cada vez más graves de los servicios de salud, el cuatismo y nepotismo de los poderes ejecutivos en todos los niveles, las pruebas claras, descaradas de actos de corrupción, el empobrecimiento de la educación, y un sinfín de temas más, debería ser considerada como materia prima invaluable para la oposición. Por las redes han circulado memes especulando qué haría el peje si hoy fuera opositor. Ya hubiera vuelto al país de cabeza, ya hubiera hecho marchas, plantones, mítines, discursos incendiarios. Tendría una creciente fuerza ciudadana que le creyera y siguiera con la fe de arreglar las cosas. Sin embargo, no sucede nada. No contamos con un líder que entienda el momento, que le llene los ojos a quienes sufren y que logre aglutinar y abanderar causas ciudadanas que pongan en verdaderos aprietos al gobierno en turno. Por lo visto, ese líder no se ve por ningún lado, ni para bien ni para mal.
Por ello, mejor pensemos en algo más institucional, más plural, más cohesionador. Estoy consciente de que la oposición partidista y ciudadana andan cada uno por su lado buscando resolver los temas que para ellos consideran prioritarios. Sería altamente saludable para la viabilidad de nuestra nación, que dentro de sus principales asuntos a atender consideren la imperiosa necesidad de crear un think tank. Un equipo multidisciplinario, plural, con gente que le sepa a los problemas que vivimos a diario, no solo a nivel intelectual, sino también líderes de calle, con experiencia en campo, con formas de pensamiento que vayan más allá de lo habitual. Incluso que nos den luces, si las hay, de lo que pasa a nivel mundial.
El futuro de México, de nuestras familias, de nosotros mismos, debe estar por encima de intereses personales o de grupos, de mezquindades, de egos, de colores. En la medida que logremos un esfuerzo similar, podremos empezar a ver luces al final del túnel. Si no logramos ni siquiera pensar en cómo salir del hoyo en el que nos encontramos, fuera de la cotidianidad de nuestras vidas, estaremos perdiendo una gran oportunidad de volver a ser opción ciudadana. Vale la pena el intento. ¡A darle!