Feliz y Constructivo año 2025

“Mira el presente que estas construyendo

Porque debe parecerse al futuro con el que sueñas”

Alice Walker

      Ya terminó el maratón Guadalupe-Reyes. Ya estamos en la primera semana en la que todo vuelve a la normalidad. Se acaban las vacaciones y retomamos nuestras labores cotidianas. Ya no hay pretextos que valgan. Desde el punto de vista de la política, podemos decir que comienza la cuenta regresiva hacia las elecciones del 2027. ¿Qué tareas tiene la oposición para dar señales de vida y saber que aún existe? Antes de pensar en lo que no queremos, debemos enfocarnos en lo que sí. Una de las primeras tareas que se requieren, a mi juicio, es contar con un espíritu constructivo. Debemos de construir un proyecto de nación que nos de identidad, que nos diferencie del oficialismo, que nos haga distinguibles, atractivos, comprensibles para los millones y millones de mexicanas y mexicanos que quieren un destino diferente para México.

 

      Para ello podría ser útil comenzar con líneas generales en las que podamos estar de acuerdo ciudadanos que no necesariamente pensamos igual pero que coincidimos en lo fundamental. Concentrarnos en temas que requieren de una definición clara, contundente, sin ambigüedades, a fin de acordar el rumbo por el que debemos transitar. Democracia representativa, participativa, cotidiana, estado de derecho, división de poderes, federalismo, municipalismo, servicios de salud y educación dignos, suficientes, para todos. Familia, comunidad, empredurismo aspiracionista. Acciones frontales, coordinados, sin dobles caras contra la corrupción en todos los niveles y de todas las formas, contra la delincuencia organizada, el narcotráfico, delincuencia común. Contar con datos duros, medibles, que nos den elementos lo más objetivos posibles a fin de poder saber si una obra, un servicio, una acción, están bien diseñada para alcanzar el bien común o son solo caprichosos barriles sin fondo que poco benefician a la población afectada.

 

      Asimismo, es imperioso construir consensos al interior de los partidos y organizaciones opositoras. Elaborar un proyecto de nación mínimo para que todos, en la medida de sus capacidades, lo vayan enriqueciendo, modificando, ampliando, reforzarlo, avalando. Unos podrán aportar, otros solo conocer. El objetivo es que se pueda afirmar que ese proyecto de nación esta construido por decenas, centenas, millones de ciudadanos para que lo hagan suyo y tengan el ánimo y espíritu de defenderlo y trabajar para hacerlo realidad. Que los militantes partidistas tengan la libertad de aportar su talento, experiencia, conocimiento, y no solo acepten lo que digan las cúpulas dirigentes. Que las organizaciones de la sociedad civil se vayan entrelazando unas con otras buscando el apoyo para construir redes cada vez más amplias, más fuertes más representativas de los anhelos y necesidades de las y los mexicanos.

 

      Por otro lado, es imperativo construir ciudadanía y esta se logra con demócratas. Ya hemos visto que, en muchas partes del mundo, y en especifico en México, la democracia no goza ni de buena salud ni de mucha popularidad. Se están imponiendo regímenes autoritarios donde, mientras la gente tenga lo mínimo necesarios, están dispuestos a olvidarse de vivir en democracia. Eso lo tenemos que ir revirtiendo, no solo con palabras sino con hechos, con el ejemplo, con trabajo, con perseverancia. Hemos visto que la construcción de instituciones que nos llevó décadas de mucho labor, esfuerzo y consensos de todo tipo, en unos pocos años se ha venido abajo. Es por ello por lo que nos parece una labor titánica recomenzar de cero, o menos cero, en una realidad que parece imposible de cambiar y de revertir. Lo positivo de todo esto es que la oposición es tan irrelevante hoy que cualquier esfuerzo por levantar cabeza se tiene que notar. Qué mejor que ese esfuerzo vaya dirigido por un espíritu constructivo que nos impulse a crear los cómo sí, y no quedarnos en los cómo no.

 

      Comencemos este nuevo año no con propósitos que se nos vayan olvidando con los días, semanas o meses, sino con la firme determinación de que no hay nadie más que nos pueda sacar del hoyo en el que estamos que nosotros mismos. Antes de pensar en los de enfrente, trabajemos en construir el México que queremos. Se ve retador, pero mientras más difícil se vea, la recompensa será mayor. Tenemos mucho que hacer. Comencemos por nosotros mismos y disfrutemos el camino que estamos por recorrer. ¡Ánimo y a darle!