Elenita Álvarez: Rompiendo estereotipos y techos de cristal

“El PAN que sea el promotor de la ética,

el promotor de la honestidad, que es lo que hace falta

 en la vida pública y en la política”

MEAB

 

      Si retrocedemos a los años 1950´s y 60´s del siglo pasado, un estereotipo muy común en relación a las mujeres católicas y casadas afirmaba que su lugar era quedarse en casa a cuidar a sus hijos. Ah, y apoyar en la sombra a su marido, con el clásico “detrás de un gran hombre, hay una gran mujer”. Pues María Elena Álvarez Bernal, siendo mujer creyente, casada y con cinco hijos, haría pedazos dicha creencia. Como hija y segunda hermana de 15, siendo todavía casi una adolescente, tuvo que empezar a trabajar como técnica auxiliar contable para apoyar a su familia. En las anteriores reflexiones disruptivas hablé de su apostolado religioso. En esta ocasión ahondaré en su labor como estudiante y política panista, no solo para rendir un homenaje a su fructífera vida al servicio de México, sino como un gran ejemplo de que, cuando alguien tiene muy claro cuál es su misión en este mundo, no hay obstáculos, peros ni pretextos para lograr lo que se propone, a pesar de cualquier estereotipo que se le quiera endilgar.

 

      Contrajo matrimonio en 1957 con Don Abel Vicencio Tovar. Hasta finales de los 1970´s dedicó su vida a criar a sus cinco hijos. En su faceta como estudiante, en 1981, a sus 42 años, ingresa a la UNAM como estudiante en ciencias políticas. Su tesis de licenciatura la transformó en el libro “Alternativa Democrática”, publicado por la editorial del PAN. Una anécdota que nos cuenta con mucha risa es que sus compañeros alumnos, a quienes les llevaba tal vez el doble de edad, le preguntaban si ella deseaba pasar sus últimos días de vida estudiando. No conforme con terminar su licenciatura, continuó con una maestría en ciencias políticas, también en la UNAM. Su tesis nuevamente la publicó como libro con el título “Municipio y Democracia”, donde deja muy en claro que la célula política de nuestra sociedad es el municipio y en donde todos debemos involucrarnos cotidianamente, antes de pensar en instancias superiores.  Ah, pero su inquietud intelectual no terminó ahí. Ahora estudió y se doctoró con la tesis “La ética en la función pública”, en donde muestra su preocupación por el uso pragmático de los cargos públicos, que solo lleva a una degradación de la política. Otra anécdota que cuenta es que después de acudir a su examen doctoral, llegó a su casa y se disculpó con sus hijos por haber llegado un poco tarde a comer, ya que su examen se alargó un poco. Cuál fue la sorpresa de todos al enterarse que no fueron invitados. ¿Hasta aquí se dio por bien servida? Pues claro que no. Ya en sus avanzados ochenta años, siguió estudiando, ahora un doctorado en derecho constitucional con la tesis “La desigualdad entre mujeres y hombres y la legislación mexicana”, tema al que dedicó gran parte de su vida como legisladora y como servidora pública. Hoy, a sus 92 años no nos sorprendería nada que nos saliera con la novedad de que llegará un poco tarde a algún compromiso por andar presentando un nuevo examen de algún tipo.

 

      En su faceta como política panista, fue cuatro veces diputada, en donde fungió dos veces como vicepresidenta y una como presidenta de la Cámara. También fue senadora por tres años. En 1995 fue integrante de la comisión legislativa que acudió a Beijing a la Conferencia Internacional de la ONU para las mujeres. Del 2000 al 2003 fue presidenta de la comisión de equidad de género en la Cámara de Diputados. Fue María Elena Álvarez quien presentó la iniciativa para crear el Instituto Nacional de las Mujeres, el cual se fundó en el año 2001 bajo la presidencia de Vicente Fox. La gran importancia de INMUJERES es que se creó para “promover y fomentar las condiciones que posibiliten la no discriminación, la igualdad de oportunidades y de trato entre los géneros; el ejercicio pleno de todos los derechos de las mujeres y su participación equitativa en la vida política, cultural, económica y social del país” (Ley de INMUJERES). El objetivo es que no fuera solo un ente federal, sino que hubiera réplicas en los 32 estados de la república y más importante aún en todos los municipios del país, que es donde las mujeres viven una realidad que en muchas ocasiones las discrimina y violenta.

 

      Con Elenita las y los panistas tenemos un ejemplo de que no basta con quejarse y criticar lo que no nos gusta. Que es necesario involucrarse en la lucha por lo que uno cree. No importa lo difícil que se vea la tarea. Si tenemos claro nuestro objetivo, lograremos más de lo que tenemos pensado. Hay que ser disruptivos, hay que ser diferentes. México y nuestra conciencia nos lo premiarán.