A 84 años, el futuro está en retomar las raíces
“En la memoria de cada panista que lea esta obra,
Acción Nacional estará naciendo otra vez”
Abel Vicencio Tovar.
Prólogo del libro “Así Nació Acción Nacional”
En estos días en los que el Partido Acción Nacional está celebrando el 84 aniversario de su fundación, se impone una pregunta ¿Qué pasa con los panistas? Platicando con amigas y amigos de círculos cercanos encuentro un escepticismo sobre el futuro, no solo del PAN, sino de México. Ven las cosas muy difíciles, muy complicadas, con recelo unos de otros, con desconfianza hacia militantes de otros partidos del FAM. Con desánimo. Si, pero no. De dientes para fuera festejamos muy orgullosos nuestro aniversario. Pero en cortito, lo que predomina son los comentarios pesimistas, los no creo que se pueda. Valiente forma de “festejar”.
Creo sinceramente que mucho se debe a nuestro olvido, o desconocimiento, del por qué nació el PAN; bajo qué circunstancias, cuáles eran sus postulados principales, qué México querían. Hoy, a 84 años de distancia, vivimos un panorama bastante similar: nos enfrentamos a un partido hegemónico, que goza de todo el poder de manejar a su antojo el presupuesto federal con programas sociales destinados a mantenerse en el poder a toda costa. Con 23 gobiernos estatales a su disposición, con mayoría en el congreso federal y en la mayoría de las legislaturas estatales. Un panorama avasallante. Así o peor era en 1939, pero también en el año 2000, cuando a pesar de esta realidad logramos conquistar la Presidencia de la República. En el ´39, a pesar de todos los malos augurios, el PAN inició un camino lleno de obstáculos e incomprensiones. A pesar de fraudes electorales permanentes, logró perdurar gracias a sus principios de doctrina y a su lucha por la democracia, la libertad, el bien común. Pero sobre todo porque era guiado por verdaderos líderes que con su ejemplo imbuían confianza en una brega de eternidad por lograr una patria ordenada y generosa y una vida mejor y más digna para todos. Panistas militantes que anteponían el interés de la nación a sus propios intereses. ¿Será muy difícil retomar este panismo cuando ha pasado mucha agua debajo del puente, agua a veces no muy limpia que digamos? En cada uno de nosotros esta la respuesta.
Recordemos por qué entramos a Acción Nacional. ¿Ya se nos olvidaron sus principios de doctrina? “La Nación es una realidad viva, con tradición varias veces secular, con unidad que supera toda división en parcialidades, clases o grupos, y con un claro destino”. “La persona humana tiene una eminente dignidad y un destino espiritual y material que cumplir, por lo que la colectividad y sus órganos deben asegurarle el conjunto de libertades y de medios necesarios para cumplir dignamente ese destino”. “El Estado no tiene ni puede tener dominio sobre las conciencias, ni proscribir ni tratar de imponer convicciones religiosas. Siempre que ha pretendido hacerlo, quebranta la unidad y el vigor de la Nación, subvierte el orden social y ataca la dignidad humana”. “Todo trabajo socialmente útil debe tener la retribución justa que permita vivir y formar decorosamente una familia, y obtener el más amplio mejoramiento real posible”. “La propiedad privada, fruto de la iniciativa y de la previsión, es el medio más adecuado para asegurar la producción nacional y constituye el apoyo y la garantía de la dignidad de la persona y de la existencia de la comunidad humana fundamental, que es la familia”. “El más grave, quizá, de los problemas nacionales, es el campo”. “El Estado es soberano, no propietario, en la economía nacional”.
Nadie ama lo que no conoce. Como regalo de aniversario del PAN, valdría la pena ofrecerle de vez en cuando que nos pongamos a leer y releer sus principios, su historia, el pensamiento de sus líderes históricos, los logros de sus gobiernos, de sus legislaturas. Solo así podremos volver a imbuirnos de sus ideales y de su mística, tan desconocida hoy en día. Para la durísima lucha que se avecina, recordemos a Manuel Gómez Morin: “¿Qué armas para esta lucha? Las únicas irresistibles: ideas, los valores del alma. Ni tenemos otras, ni las hay mejores”. Advertidos estamos ¡Ánimo! Y ¡A darle!